sábado, 31 de diciembre de 2011

Yo, Leo

Yo Leo... leo HN historietas nacionales.

Desarrollo del bocetado y el arte final de una caricatura / Bocetos, lápiz grafito y rotuladores. Finales, lápiz sanguina, lápiz sepia, lápices pastel, pasteles y difumino sobre papel de color / Click sobre las imágenes para ampliar.





domingo, 11 de diciembre de 2011

Los patriopibes

Podés hojear (literalmente o virtualmente, como más te guste) sin compromiso las páginas de historietas y tiras diarias todos los días en este link:

Los patriopibes tienen un barrio que orbita (literalmente) en torno al solcito de cada mañana, se meten un tijeretazo en el pelo si están aburridos de sus peinados, manipulan una tabla tuneada para hacer piruetas en el aire y gastan una remerita que vuela fantaseando en la plaza. Ellos son así, revisan la virtualidad de la historia en Internet, la aplican en el manejo de la realidad del presente y proyectan entusiasmados la inmediatez del futuro. Dueños del nuevo desparpajo, del tiempo libre a estrenar y de la adolescencia inmortal. Que los dioses los hagan grandes y la gloria, refulgentes. 














miércoles, 30 de noviembre de 2011

Telam

El viernes 2 de diciembre a las 7 de la tarde en la Casa de la Defensa, de Defensa 372, la agencia de noticias Telam invita a la presentación de HN Historietas Nacionales, tiras diarias y suplemento semanal de aventuras. ¿Qué más se puede decir?.

Dijo el Conejo -Con buena voluntad nada se tira, todo se transforma en tira diaria-.







viernes, 11 de noviembre de 2011

Climas

No hace falta abrigarse en verano ni desabrigarse en invierno, ni estar apesadumbrado en medio de las alegrías o alegre dentro de las pesadumbres. Buscar climas significa sentirlos en el cerebro, sacarles una foto imaginaria con la memoria y revelarlos en el papel. El grafito boceta la toma rápidamente tal como una foto en blanco y negro y hace valer cada uno de los trazos esgrimidos por la mano, convirtiéndolos en más grados centígrados o en menos tristeza y desolación. Después, los riesgos que toma la valentía lo pasarán todo a color, porque no hace falta más que un poco de valentía para expresar lo que queremos hacer, y los colores ayudan, porque aunque sean cálidos o fríos, nunca dejan de ser endiabladamente felices, y la felicidad, amigos míos, es valiente, más valiente que la puta madre.

Bocetos y artes finales de las páginas de una historieta / Bocetado: Lápiz grafito y rotulador Sharpe Fine Point negro. Color: Lápiz sanguina, lápiz sepia, pasteles, lápices pastel, acrílicos y difumino sobre papel gris / Click sobre las imágenes para ver en serie, una vez allí, clik sobre la frase Show original (ángulo inferior izquierdo) para ampliar .



jueves, 3 de noviembre de 2011

Speed painting

Bocetos para la búsqueda de un personaje / A lápiz sobre papel borrador / A pluma sobre papel blanco / A color (lápiz sanguina, lápiz sepia, lápiz pastel negro, pasteles en barra, lápices pastel, acrílico y difumino) sobre papel gris / Click sobre las imágenes para ver en serie, una vez allí, clik sobre la frase Show original (ángulo inferior izquierdo) para ampliar .

Yo dibujo bastante rápido, no lo voy a negar, me acostumbré mirando Disneylandia y creyendo a rajatabla que eran verdad algunos documentales que mostraban cómo unas manos armadas con un lápiz dibujaban a Pluto a una velocidad pasmosa. No era joda, che. Ver eso de sopetón con la mente de un pibito que andaba probando sus primeros garabatos producía un vértigo escalofriante. Así que sobrepuesto de la primera impresión, recuerdo haberme puesto en campaña para dibujar, como mínimo, a la misma velocidad que desarrollaban las manos de Disneylandia en aquel documental que, ahora no tengo dudas, había sido acelerado mecánicamente para ahorrar tiempo de grabación, algo muy parecido a lo que ahora llamamos speed painting.
De todos modos, al mismo tiempo que uno va adquiriendo mayor aceleración en la realización de un dibujo, se va dando cuenta que esto tiene sus ventajas y sus desventajas y que al final, sabiendo acomodar las velocidades según la necesidad del trabajo, terminan siendo todas ventajas.
Bocetar, por ejemplo, necesita velocidad, porque se captura la idea a la altura de la frente y se la clava en el papel lo más rápido posible para que no se escape, en cambio para los detalles del arte final, conviene tocar el freno y dejar que el pulso se tome su tiempo para no hacer derrapar el pincel fuera de los contornos del circuito establecido.
Estos son bocetos rápidos, muy rápidos, incluido el de color, porque estaba tratando de capturar la fisonomía de un personaje y darme una idea lo más concreta posible de cómo quedaría sobre la página tal y como si estuviera ya publicada.



jueves, 20 de octubre de 2011

Polenta con pajaritos

Polenta con pajaritos / Bocetos a lápiz y color / Lápiz sanguina, lápiz sepia, lápiz sombra tostada, pasteles, lápices pastel, témpera blanca y difumino sobre papel madera / Click sobre las imágenes para ampliar.



domingo, 16 de octubre de 2011

Buscando personajes

Breve reseña de una ingente cantidad bocetos realizados para la búsqueda de algunos personajes / Tinta china sobre papel blanco / click sobre las imágenes para ampliar.







domingo, 25 de septiembre de 2011

Los vuelos rasantes del ángel delator

Tapa y nota editorial de la revista Ángel de lata de la ciudad de Rosario / click sobre las imágenes para ampliar, ojos bien atentos para leer.


Deyabú

Mañana será otro día, balbuceó Rita en el medio de un suspiro, como si eso pudiera ser cierto y aún cuando por una cuestión cronológica lo fuera. Se pasó el antebrazo por la frente transpirada observando el piso brillante y reflexionó. Mañana será otro día y al final del día voy a decir que mañana será otro día. Se quedó unos instantes inmovilizada por la idea y después acomodó la escoba en un rincón con perfume a creolina. De pronto tuvo como un deyabú pero multiplicado a la enésima potencia. Se recordó muchos días en la misma situación, balbuceando mañana será otro día e incluso pasándose el antebrazo por la frente transpirada. Esto ya lo viví, pensó, ya lo viví setenta mil veces.
Cerró la puerta de calle del edificio de departamentos sacudiendo la cabeza. No setenta mil veces, cien mil veces ya lo viví y mañana nunca es otro día, siempre es el mismo, murmuró. Adentro quedaban las escaleras impecables, los baldes, la escoba, el delantal y otras ocho horas de su vida. Como siempre se cruzó a la vereda del sol, le encantaba ver como reverberaban las baldosas en el furor del verano, le inyectaban una energía alentadora que le permitía llegar hasta la villa pisando las baldosas de la buena suerte que venían cada tres baldosas de la mala suerte, empezando a contar desde la primera que pisaba y a las cuales no había que tocar ni siquiera con la sombra de las zapatillas si no te querías morir ahí mismo, intrascendente, en el centro neurálgico de la ciudad. Se concentraba de tal manera que las putas cien mil cuadras que había hasta la puerta de la casilla de chapas pasaban inadvertidas, tan inadvertidas como el mañana será otro día que había repetido exactamente cinco de los veinte años que tenía, todos los días, sin exceptuar ni siquiera los domingos.
Los sábados, en cambio, amagaban un encanto especial parecido al final de una condena, pero entre que empezaban recién al medio día y aquellas cien mil cuadras de vuelta, se diluían como los deseos cuando se los sumerge en la ansiedad, y encima con esa incómoda brevedad llamada domingo en ciernes estaba todo dicho, porque la brevedad de los domingos no tiene otra función que la de reponernos para recibir el impacto de los lunes en pleno cansancio pero con algo de dignidad, nada más. Tal vez el sábado, gracias al libertinaje que mienten los domingos, fuera el único día en el que decir mañana será otro día pudiera tener algún sentido, pero la efímera duración de esa mentira convertía al domingo en un día como todos los demás. Hoy, por ejemplo, era sábado, y Rita ya había dicho que mañana sería otro día, pero no distinto, otro día como un diario secreto de interminables monotonías.
Entonces, cuando solo queda una posibilidad remota de que se cumpla lo esperado, suele suceder lo inesperado. Lo inesperado tiene el sabor dulce de la sorpresa mezclado con el olor a pólvora de la adrenalina. Lo inesperado no se espera ni se hace esperar. Rita vio cinco billetes de cien pesos en la vereda repentinamente desierta. Se le dibujaron en los ojos así dobladitos como estaban. Se le encajaron en el corazón como en una billetera. A Rita le costó asimilar lo que estaba viendo, las realidades contundentemente reales se asemejan demasiado a las ilusiones ópticas, pero lo que estaba viendo tenía toda la pinta de ser suyo desde hacía rato, cosa que le hizo frenar en seco su recorrido habitual, y por suerte justo sobre una de las baldosas de la buena suerte. No había más alma que su propia alma, o en el mejor de los casos, si es que había otras almas por ahí cerca, se habían complotado todas con la suya. Se podría decir que hasta sintió un poco de miedo, no cualquiera saca el pié de la baldosa de la buena suerte y lo apoya sobre otra baldosa así porque sí después de tantos años. Pero el miedo no es sonso, es más vivo que todos los billetes del mundo juntos, un poco cobarde puede ser, pero nunca sonso.
Instintivamente Rita se pasó el antebrazo por la frente transpirada tal vez para disimular sus afortunadas malas intenciones, pero el perfume a creolina sobrevoló y las purificó de inmediato. Abriendo los ojos más que nunca sacó los pies de la baldosa de la buena suerte con la secreta ambición, no tanto de acercarse a los billetes, sino de alejarse del rincón viciado de eternidad donde todas las tardes acomodaba la escoba y sus esperanzas.
Alcanzó los billetes. Tembló de emoción a la sombra de los rascacielos. Fue un pecado sublime, una infame inocencia, una vil buena acción inconclusa, una devolución de la devolución tan injusta como la justicia, el lúcido desliz de un momento feliz tan atemporal como la vida. Encontrar plata un sábado a la tarde en una ciudad desierta es mucho más que encontrar plata, es la oportunidad aprendiendo a volar sola. Tal es así que un par de horas y un bolsito con algunas ropas más tarde, Rita pidió en la estación un pasaje de ida a los sueños de otra ciudad. Desde atrás del vidrio de la boletería una voz entre metálica y esperanzadora le preguntó ¿para hoy?, sí, respondió Rita, mañana será otro día.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ikebana

Ikebana / Boceto a lápiz para pintura acrílica / Plantado con carboncillo, sanguina y siena tostada sobre tela / Un impasse en el desarrollo de la obra / Click sobre las imágens para ampliar.


Ikebana / Boceto a lápiz para pintura acrílica / plantado en tela con carbonilla, barrita de sanguina y barrita tierra siena tortada / un impace en el desarrollo de la obra.


En el centro de la mesa como una flor de ikebana
te saqué el salto de cama lentamente y al calor
de mi pecho seductor y de mi injuriosa fama
de robarle a cada rama un pimpollo del amor.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Berenice en Freak City

Berenice / Tercera entrega de 2011 de la historieta Freak City / Publicada en el Nº 59 de la revista Fierro de la ciudad de Buenos Aires / Click sobre las imágenes para ampliar

Hasta que el circo entraba inusual y estridente,
tomando como atajo la calle principal,
fanfarrón de elefantes y de jaulas rugientes,
loco de payasadas y oliendo a libertad.

Brillante de trompetas y vientos de fanfarria
que hacían brincar al alma y gritar al corazón
mientras se energizaba de pié la pituitaria
y pagaba en hormonas la entrada a la función.